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El diagnóstico del cáncer implica una serie de repercusiones en la salud y en todas las esferas de la vida, incluida la económica, social y laboral, de quien lo sufre y de su familia

Cuando una persona es diagnosticada de cáncer, la situación laboral, económica y social en la que se encuentre en ese momento puede ser determinante para la repercusión que la enfermedad pueda tener en entorno. De hecho, puede actuar como causante o agravante de un importante riesgo socioeconómico tanto para ella como para su familia. Cabe destacar que más de 27.000 personas y sus familias se encuentran cada año en situación de vulnerabilidad socioeconómica en el momento del diagnóstico. Así lo recoge el informe ‘Impacto del cáncer en España: Una aproximación a la inequidad y los determinante sociales’ realizado por el Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer.

De ese número de personas en situación de vulnerabilidad laboral en el momento del diagnóstico, más de 10.000 estaban en situación de desempleo en 2021, 13.040 eran trabajadores por cuenta propia y 4.652 eran trabajadores por cuenta ajena con rentas inferiores al salario mínimo interprofesional. Por otro lado, se sabe que una vez diagnosticadas, la situación laboral de las personas con cáncer se puede ver empeorada, bien porque se ven obligadas abandonar su trabajo o hacer un cambio del mismo, o bien porque no pueden dedicar tantas horas a trabajar como consecuencia de la asistencia a consultas médicas o a tratamientos, o por las propias secuelas de la enfermedad. Es por este motivo que la dependencia económica de terceras personas de los pacientes de cáncer se ve incremementada hasta en un 20%, un dato que varía en función de la clase social.

En cuanto al ámbito económico, hay que tener en cuenta todos los costes económicos, directos e indirectos, que conlleva un diagnóstico: gastos médicos, obras y equipamiento en casa, farmacia, asistencia en hogar, pérdida de ingresos, etc. Según un estudio elaborado por el Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer, un 16,5% de los hogares han pagado más de 10.000 euros de gastos directos producidos por la enfermedad.

Por último, el impacto social que causa el cáncer en la persona que lo sufre tiene como máximo exponente la soledad: alrededor de 48.508 personas que viven solas son diagnosticadas de cáncer cada año. También afecta de forma significativa a la parcela psicológica, pues un diagnóstico de cáncer lleva aparejado un malestar emocional en más de la mitad de los pacientes, de los cuales el 30% necesitarán ayuda profesional. Esta consecuencia se traslada, además, a sus familiares cercanos y cuidadores. En total, según los datos del Observavorio de la Asociación Española Contra el Cáncer, más de 260.000 personas (entre pacientes y familiares) necesitan ayuda psicológica en España como consecuencia de un diagnóstico de cáncer.

Sin duda, el ámbito laboral, económico y psicosocial de las personas diagnosticadas de cáncer se ve afectado de forma significativa, lo que hace necesario el incremento de medidas encaminadas a mejorar la atención de estas personas por aquellas partes implicadas en ello, como pueden ser las empresas (políticas de RRHH, por ejemplo) y administraciones públicas (ayudas económicas, acceso equitativo a cuidados y tratamientos, etc.). La iniciativa ‘Todos Contra el Cáncer’ pretende crear un movimiento social que, entre otros aspectos, mejore la atención de pacientes y familiares para que tengan una mejor calidad de vida.