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Los programas de cribado son la mejor herramienta para detectar el cáncer de colon y mejorar así la supervivencia. En España van dirigidos a población de entre 50 y 69 años, ya que la mayor parte de las personas tienen más de 50 años en el momento del diagnóstico. Sin embargo, una parte significativa no participa, según el ‘Estudio sobre los programas de cribado de cáncer colorrectal’ del Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer.

El cáncer de colon es el segundo tipo de cáncer más frecuente, tanto en hombres como en mujeres, y la segunda causa de muerte por cáncer, por detrás del de pulmón. La mayor parte de los pacientes que lo padecen tienen más de 50 años en el momento del diagnóstico, por lo que los programas de cribado se convierten en una herramienta fundamental para su detección temprana y para reducir mortalidad. En España están dirigidos a población de entre 50 y 69 años, la mayoría aún en edad de trabajar.

Según datos extraídos del ‘Estudio sobre los programas de cribado de cáncer colorrectal’, realizado por el Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer, el 62,5% confirma haberse sometido personalmente a la prueba, mientras que el resto no por diversas razones: falta de síntomas o encontrarse bien de salud, no haber recibido la invitación oficial para participar en los programas de cribado, olvido o dejadez, deseo de mantenerse alejado de los centros médicos en el contexto de pandemia o la saturación percibida de la sanidad.

Desde la iniciativa ‘Todos Contra el Cáncer’, liderada por la Asociación Española Contra el Cáncer y cuyo reto principal es superar el 70% de supervivencia en cáncer en 2030, se persigue como uno de los objetivos favorecer la máxima participación de la población diana en los programas de cribado y extender los beneficios de la detección precoz en el cáncer colorrectal. Y, para ello, se pide la participación de toda la sociedad en la consecución de los mismos: población, administraciones públicas, partidos políticos, empresas, entidades científicas y sociales y medios de comunicación. En el caso de las empresas, su papel puede ser clave para promover la participación de sus trabajadores en estos programas.

El estudio realizado por el Observatorio Contra el Cáncer de la Asociación analizó también el papel de los centros de trabajo en la realización de las revisiones o pruebas médicas. Una quinta parte de las personas que acostumbran a realizar chequeos médicos confirma que estas pruebas son organizadas de forma periódica por su centro de trabajo. Además, sólo un tercio (31,6%) de las personas con trabajo estable afirma que estas pruebas son organizadas por su empresa. De todo ello se puede concluir que la gran mayoría de estos chequeos médicos son ajenos a las iniciativas o protocolos de los centros de trabajo. En este sentido, desde ‘Todos Contra el Cáncer’ se considera fundamental desarrollar planes de salud en la empresa encaminados a divulgar los beneficios de los programas de cribado de cáncer de colon e incluso organizar y facilitar el acceso a los mismos.

Otro de los factores que influyen en la participación de los programas de cribado es el nivel socioeconómico de la población. Así, la participación es menor en los hombres de clase social más baja y en mujeres que ocupan posiciones más altas. Además, se observa que una posición socioeconómica baja, medida en términos de educación, empleo e ingresos, se asocia con una baja participación en los cribados.

En la mayoría de los casos, las principales causas de la no participación entre los grupos socioeconómicos más desfavorecidos son la falta de información, la priorización de otros problemas con mayor impacto en la vida cotidiana y la no comprensión de las comunicaciones en las que se les invita a participar.